lunes, 25 de agosto de 2008

KURT SCHWITTERS EN LAS COLONIAS FERROVIARIAS

Mientras Marto Concejal se prepara para volver a escena, comenzamos los ensayos de un nuevo archivo. Es el turno de los ferroviarios, y el primero de ellos es un visitante diario e ilustre del museo: Pedro Caballero. Nuevamente con la dirección de Natalia Martirena, y partiendo del trabajo que se realizó para la fonoplatea del 14 de junio, los ensayos van de un mapa de Galván al mapa del patio de Pedro. En un momento Pedro dice: "me siento a leer entre los adornos" ¿qué son los adornos? "artefactos" ¿? "artefactos que hago yo, en el patio". Pedro vive en un par de casillas de las antiguas colonias ferroviarias de White. Como en el caso de otro ferroviario ilustre, Osvaldo Ceci, la casa de Pedro es una especie de museo: recortes de diario, fotos de locomotoras, accidentes ferroviarios, afiches de Ferrowhite y del Museo del Puerto, cajas con sus cuadernos de la escuela primaria. Y el patio, que es un verdadero EUM (Espacio de Usos Múltiples).

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Kurt Schwitters fue uno de los animadores del dadaísmo. Se inventó un género multipropósito: el Merz (tomado de Kommerzbank) y desde esa plataforma múltiple realizó collages, esculturas, sonatas, poemas, etc. Merz impugnaba toda distinción jerárquica entre los distintos medios, y se manifestaba con claridad (es un decir) en el Merzbau, la propia casa de Schwitters, que era una suerte de ensamblado en expansión, abierto, siempre provisorio y en permanente transformación. Maderas, papeles, cartas, souvenires, materiales que Schwitters encontraba aquí o allá, todo iba a parar al Merzbau, que de ese modo, como un organismo, iba creciendo en el interior de la casa.

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Si Kurt Schwitters pudiera ver el patio y la casa de Pedro Caballero seguramente sentiría una mezcla de orgullo y envidia. Repleto de "artefactos" el patio es sala de lectura (al sol), espacio de juegos (ver la foto de Natalia en "la famosa cueva"), lugar de reflexión y recuerdo, pero fundamentalmente es un espacio vivo, que crece con todo lo que Pedro encuentra aquí y allá, y va sumando, superponiendo, ensamblando: caños que se acomodan a los pies de un sillón y forman una suerte de alfombra de metal, caños de pvc coronados con cascos (que se transforman en habitantes del lugar, compartido con los gatos), tapas de lavarropas, tapas de ollas, sillas, sillones, cajas, cajones, botellas, bidones, más cascos, y un árbol inclinado que da la mejor sombra ... Un detalle no menor es que se trata del único especimen de flora del lugar, porque como dice Pedro: yo no tengo muchas plantas, tengo gatos sí, y después voy haciendo crecer los artefactos.
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Con todos esos elementos de descarte que Pedro acarrea a su patio se podría contar la vida de White. Y en cierto modo, el modo del arte, es lo que hacen esos artefactos, esa suerte de flora "artificial" que crece permanente en su patio.


Por supuesto, el link obligado en este caso es Archivo Caballero.

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