domingo, 26 de noviembre de 2006

ARCHIVO WHITE

Ferrowhite es un museo taller que aloja en su depósito una colección de piezas ferroviarias recuperadas tras la privatización y el desguace de los ferrocarriles. Es una colección de piezas sueltas, provenientes de distintos talleres y dependencias, una suerte de rompecabezas. Saber cómo y para qué se utilizaban esas herramientas, de qué modo se organizaba el trabajo en el que se empleaban, y por sobre todo, quiénes las utilizaban, requiere como auxilio el relato de trabajadores o ex trabajadores ferroviarios. Por ese motivo una de las actividades básicas y continuas del museo es la realización de entrevistas. Actividad de la que en general se ocupan Ana Miravalles y Nicolás Testoni.

Obreros en la muestra de Ferrowhite

Preguntándonos de qué modo el trabajo de entrevistas podía dar origen a distintas actividades del museo, de qué modo se podía trabajar con eso que se volvía irrecuperable cuando la entrevista se volcaba en el papel, que era el contacto personal, los silencios, el tono de voz, los gestos del entrevistado, y que constituía el privilegio intransferible de quien realizaba la entrevista, es que comenzamos a pensar en un acercamiento teatral.
Ese acercamiento tenía más dudas que certezas ¿qué tipo de trabajo había que hacer? ¿cómo abordarlo? ¿se necesitaban actores? ¿desembocaba en una obra?
Con esas preguntas en la cabeza viajo en mayo a Buenos Aires y veo a Jorge Dubatti, le comento las ideas que tenemos, y Jorge me dice: la persona que ustedes necesitan es Vivi Tellas. Bueno, la escena tal vez no haya sido tan hollywoodense, pero el dato concreto era que Vivi había desarrollado hacía unos años en el Centro Cultural Rojas el proyecto museos, y actualmente coordinaba, como directora del Teatro Sarmiento, el ciclo Biodrama. El plus era su proyecto archivos, en el cual se pone en escena a distintas personas y a su vida.
El paso siguiente fue reunirse con Vivi, interesarla en el esbozo de proyecto, darle forma, ponerse a trabajar.
Su propuesta consistía en “encontrar la teatralidad fuera del teatro”. Descubrimos la coincidencia con una frase que utilizamos en Ferrowhite: “el museo empieza afuera”. Buen comienzo.

De a poco el proyecto fue definiendo algunos puntos básicos:

Se llevaría adelante un workshop de teatro documental para un grupo de teatreros bahienses convocados por Ferrowhite, durante cuatro meses, con un encuentro mensual con Vivi Tellas, y otros encuentros en el museo.

El modelo sería la experiencia del proyecto archivos, con personas poniendo su propia vida en escena, en este caso personas de White, vinculadas de algún modo al trabajo ferroportuario.

El museo convocaría a directores y/o actores, con algún tipo de trabajo previo en relación a alguno de los museos de White (Museo del Puerto o Ferrowhite) que desarrollaran poéticas y prácticas teatrales distintas y con distintos grados de experiencia, de modo que el conjunto resultara heterogéneo y el trabajo favoreciera el intercambio de experiencias entre los integrantes. Del taller también participaría el equipo del museo, conformando de ese modo un grupo multidisciplinario que permitiera el cruce entre relato, historia, testimonio, teatro y archivo desde diversas prácticas.

Como finalización de la experiencia, en diciembre, en las instalaciones de Ferrowhite se realizaría una muestra del trabajo desarrollado durante esos cuatro meses. Cómo y con qué características se llevaría adelante era algo que no podíamos saber por entonces, así que la propuesta quedaba a la espera de definirse en relación al trabajo que se realizara.

Dadas así las cosas, el grupo del taller, bajo la coordinación de Vivi Tellas, se conformó con: Natalia Martirena, Jorge Habib, Alexis Mondelo, Rodrigo Leiva, Miguel Mendiondo y Raúl Lázaro, convocados por Ferrowhite; Diego Enrique como asistente multipropósito; Lucía Cantamutto, Esteban Sabanes y Analía Bernardi, estudiantes de letras e historia de la Universidad Nacional del Sur, que desde hace un año cumplen una pasantía en Ferrowhite; y del equipo del museo: Ana Miravalles, Nicolás Testoni, Reynaldo Merlino (Director de los museos de Ingeniero White) y en la producción general del proyecto, Marcelo Díaz.

Vivi redondea, Jorge anota en su libreta, Raúl medita o duerme en un bar de la Estación Sur

Para informarse acerca del proyecto archivos:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-3392-2006-11-17.html

http://www.elinterpretador.net/28MariaBayer-TeatroEnBuenosAires-EntrevistaAViviTellas.htm

http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/radar/9-1748-2004-10-22.html

para ver un poco más de Ferrowhite:

http://www.bahiablanca.gov.ar/ferrowhite/


miércoles, 22 de noviembre de 2006

INGENIERO WHITE: UN PAISAJE DE POSGUERRA

Atilio Miglianelli fue buzo de la usina General San Martín, una réplica de castillo medieval ubicada en el borde mismo de la ría de Bahía Blanca, entre silos y muelles, en el puerto de Ingeniero White. El castillo se construyó en 1932 y fue desguazado en el 89, vendiéndose como chatarra sus turbinas, llaves, cañerías. Atilio se para frente al castillo en ruinas y dice “acá es como si hubiera caído una bomba”. Acá es el edificio de la usina, pero más genéricamente acá es Ingeniero White.


Atilio Miglianelli, fotografía de Raúl Lázaro


A fines del siglo XIX la compañía inglesa de ferrocarriles Great Southern Railway estableció una playa ferroviaria y un muelle para la exportación de granos y otros productos del campo. Conocido en un principio como Nueva Liverpool, o Puerto de la Esperanza, Ingeniero White se desarrolló desde entonces como un espacio cosmopolita: en torno a sus muelles, elevadores, usinas y grandes talleres, italianos, españoles, alemanes, griegos y croatas levantaron barrios, instalaron pensiones y bares, clubes y parroquias.
Elevadores de chapa, principio de siglo XX, Ingeniero White



En las últimas dos décadas el puerto sufrió un proceso de cambio acelerado a partir de la privatización de los ferrocarriles y de la instalación en sus costas de empresas cerealeras y petroquímicas de origen trasnacional. Esta transformación macroeconómica produjo a su vez una transformación en las condiciones de trabajo y vida de sus habitantes: alza del desempleo, precarización laboral, cierre de comercios, talleres y pequeñas industrias.



Lancha pesquera e industria petroquímica


El paisaje que Atilio imagina de posguerra es el paisaje del capitalismo global en su adaptación local. No fue una bomba lo que cayó en este puerto y en este pueblo, o en todo caso fue, como dice Virilio, una bomba económica.

Atilio también dice: "Yo antes abría la ventana y veía el mar, ahora me asomo y veo cañerías". Uno de los efectos de estas transformaciones, no el menor, es la disminución de la visibilidad ¿quién es el dueño de estas empresas? ¿dónde está?